María Teresa León, autora polifacética de la Generación del 27 y miembro de la Orden de Toledo
Hace 35 años, el 13 de diciembre de 1988, María Teresa León fallecía en Madrid. Esta mujer logroñesa fue una de las autoras más versátiles y polifacéticas de la magistral Generación del 27. Junto a su marido, Rafael Alberti, formó parte de la Orden de Toledo, una institución fundada en Venta de Aires por varios escritores el 18 de marzo en 1923.
María Teresa León murió con 85 años sin poder recordar su vida dedicada a las letras y al teatro debido al Alzheimer. En Venta de Aires queremos mostrar una pequeña parte de la gran vida de una mujer comprometida con la justicia social y la defensa de los derechos de la mujer.
A María Teresa se le puede definir como escritora, traductora y activista española. Su legado abarca una amplia gama de géneros literarios y su participación activa en los acontecimientos políticos de su tiempo, marcando así una huella significativa en la historia cultural y social de España.
Inició su trayectoria académica en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras. Bajo el seudónimo de Isabel Inghirami, inspirado en la heroína de D’Annunzio, escribió diversos artículos en el Diario de Burgos. Sus escritos se caracterizaron por la defensa apasionada de los derechos de la mujer y la promoción de la cultura.
En 1929, publicó su primer libro, “Cuentos para soñar“, marcando el inicio de una prolífica carrera literaria. Durante esta época, conoció a Rafael Alberti, con quien se casó en 1932. Ambos se consolidaron como una de las parejas más destacadas de la literatura española. Cabe destacar que la sombra de Rafael Alberti ha ocultado en parte la rica herencia literaria y cultural que desarrolló María como les ha ocurrido a otras mujeres que dedicaban su vida a otras actividades fuera del cuidado del hogar.
Generación del 27: Polifacética y Versátil
María Teresa León es considerada una de las mejores escritoras de la Generación del 27, un grupo literario que dejó una huella indeleble en la cultura española. Su versatilidad se manifestó a través de cuentos, novelas, biografías, artículos, obras de teatro, guiones cinematográficos y radiofónicos, así como en su papel como traductora, directora de escena y actriz.
No solo se limitó al ámbito literario, sino que también fundó, junto a Rafael Alberti, la revista “Octubre” y “El Mono Azul”. Además, dirigió el Teatro de Arte y Propaganda y las Guerrillas del Teatro, mostrando su compromiso con la cultura y la resistencia durante la Guerra Civil.
Crítica literaria y activismo feminista
La labor de María Teresa León como crítica literaria fue excepcionalmente prolífica e interesante. Sus escritos abarcaron desde análisis de novelistas destacados como Cervantes, Miguel de Unamuno y Benito Pérez Galdós, hasta reflexiones sobre poetas con los que mantuvo estrechos lazos personales y literarios. María Teresa León tuvo amistades significativas con Federico García Lorca, Pablo Neruda, Luis Buñuel y otros miembros de la Generación del 27.
Su profundo conocimiento del teatro europeo contemporáneo se reflejó en numerosos textos, y también dedicó gran atención a la promoción de los derechos de las mujeres a través de artículos como “Apuntes de una mujer. Charlas feministas”, “Ateneo. Política feminista” y “Temas femeninos. Tiempos viejos”.
María Teresa León y su relación con Toledo
Permaneció en Toledo, junto a Alberti, por un tiempo durante la Guerra Civil. Toledo no solo representaba un lugar físico de protección, sino que también se transformó en un símbolo de resistencia y compromiso político. Ambos estuvieron involucrados en actividades culturales y políticas. María desplegó una incansable actividad en múltiples frentes y asumió la salvaguarda de obras artísticas del Tesoro Artístico Nacional entre los que destaca el tesoro sacro de Toledo.
En la fotografía que acompaña a este texto, se puede ver a María Teresa junto a Alberti, Luis Buñuel y otros miembros de la Orden de Toledo. Dicha Orden fue fundada en 1923 en Venta de Aires y la propia María Teresa describió a este grupo como voces audaces que desafiaban las convenciones, aportando alegría y vitalidad en una ciudad amurallada: “Los Hermanos de la Orden de Toledo hablaban alto, opinaban, escandalizaban. Hasta cantaban mirando a las chicas o inventaban palabras para lanzarlas como dardos contra los muros y hasta frases que eran alabanza y requiebro. Desbordábamos una alegría que no iba demasiado bien con aquella ciudad amurallada, siempre a la defensiva. Debieron creernos invasores. Invasores que caminaban sobre el pecho de la Historia de España igual que las chinches de la Posada de la Sangre sobre el pecho de Rafael.”
La relevancia de María Teresa León trasciende las páginas de sus obras y se convierte en un símbolo de valentía, compromiso y creatividad en tiempos complejos. Su conexión con Toledo unida a su participación en la Guerra Civil Española y sus contribuciones al ámbito cultural, resalta la importancia de Toledo como escenario de resistencia y cambio durante momentos cruciales de la historia española.